viernes, 24 de septiembre de 2010

Ese es mi Perú.

Este es un análisis de nuestro país y de aquello que creo la gente se está olvidando. El Perú, como Antiguo Perú, fue considerado la cuna de la civilización americana. No me voy a basar en nuestra etapa histórica porque considero que ya se ha hablado mucho de esto no solo en la cotidiano, sino en las etapas educativas de cada uno de nosotros.

Uno de los temas más importantes, que nos compete a la mayoría, es el fútbol. Cuando nuestro país está en competencias internacionales como selección, nuestro territorio se paraliza. El trabajo se vuelve un elemento secundario y, como todos saben, las calles se vuelven desiertos ya que todos están amando más que nunca la invención tecnológica conocida como la televisión. Desde pequeño escuchaba a hablar a mi papá de las grandes épocas del fútbol peruano. Me contaba y, de alguna forma me lo sigue recordando, del miedo que nuestro seleccionado podía generar en selecciones grandes como lo serían ahora España, Brasil, Argentina, Italia, Alemania y muchos más. Me hablaba de tradición, de cultura, de amor a la camiseta y, en un énfasis especial, de la unión que se generaba. Yo considero que, a pesar de que nuestro fútbol no esté en su mejor nivel, está mejorando poco a poco. Las participaciones de los equipos peruanos en las últimas competencias, como lo son la Copa Santander Libertadores y la Copa Sudamericana, dieron una satisfactoria actuación incluso con ciertas excepciones. Los últimos amistosos internacionales, con el nuevo director técnico Sergio Markarián, dieron buenos frutos a pesar de que los rivales no hayan sido muy fuertes.

Siempre calificaré de elemento destructivo fundamental a las críticas. Yo considero de que una de las razones que nos impide progresar no solo en el fútbol, sino en general a nivel deportivo, son las críticas y el popularmente llamado " pensamiento negativo " que se genera en nuestro país. Existen personas que no piensan a la hora de hablar, gente que cree que es mejor resaltar lo malo, antes que fomentar lo bueno. Sujetos que se sienten capaces de dirigir una opinión sin antes darse cuenta de que lo que cada uno de nosotros deberíamos hacer es apoyar y no empeorar. Hace mucho tiempo que espero que las historias que mi padre e incluso mi abuelo me contaban las pueda vivir, que de alguna forma ese " amor al país " regrese y que yo pueda ser el próximo portavoz de aquellos relatos.

El deporte no es lo único que tenemos de maravilloso. El turismo es quizás una fuente viable de ingresos económicos pero, más que eso, es una herencia histórica que cada uno debería empezar a valorar más. Partiré de algo común y corriente, las playas de la costa verde. El ciudadano limeño se ha inmerso tanto en la costumbre que no se da cuenta que algo tan " común " como las playas de esa zona son realmente un privilegio. ¿ Cuántos países o personas darían todo por tener el mar cerca? La verdad, muchas. Ampliando la visión, las playas del norte son realmente un deleite para los ojos. Un recorrido en tierra hacia Punta Sal o Máncora, sería capaz de sacar más de una sonrisa a todos aquellos que lo aprecien. Esto es solo hablando de la costa. Nosotros tenemos costa, sierra y selva. En cada una de esas regiones existen lo que yo denomino " versiones del paraíso en la tierra ". ¿Por qué no unirnos y dar el máximo de cada uno por proteger nuestro medio ambiente? Hay gente que ensucia, destruye y no valora la tierra en la que camina a diario y realmente creo, que no son solo algunos los que pueden generar un cambio en esto, sino que la mentalidad y un cambio en ella, es la clave para el progreso.

Podría escribir más de cien páginas respecto al tema y, me estoy dando el lujo de no profundizar las miles de riquezas que tenemos como país, como por ejemplo en el ámbito gastronómico. Como conclusión y ya una reflexión personal, creo que cada peruano debería pensar dos veces antes de arrojar basura a la calle, o de abrir la boca para sentenciar en vez de ayudar. Creo que nuestro país es uno de los pocos en la tierra que no tiene nada que envidiarle a otros y, al menos yo, escogería al Perú como mi hogar sin pensarlo dos veces. Somos un país hermoso, no seamos nuestros propios destructores.




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