domingo, 12 de septiembre de 2010

El hombre búho.















Lima, la ciudad gris como muchos la conocen, nos ofrece una gran cantidad de personas con características muy especiales. Siempre que mis amigos y yo salimos en el carro, se nos ocurren apodos específicos de acuerdo a las peculiaridades de los individuos que vemos en las calles, nombres que no dudamos en gritarles por la ventana cuando el vehículo se encuentra en movimiento. Esta actividad se ha vuelto una costumbre muy entretenida para nosotros, pero todo cambiaría el día de ayer, con un sujeto que llamó nuestra atención.

Nos encontrábamos en el distrito de surco, disfrutando de una reunión llena de buen trago y comida. De un momento a otro se nos antojó ir al " Sanguchón Campesino " y, tras terminar de comer, fuimos a un grifo cercano a nuestro antiguo colegio. La primera intención era comprar cigarros y más cerveza, nadie imaginaría que terminaríamos viendo a un señor completamente sacado de un cuento de magia. Nos negaron la venta de las cervezas, pero no nos importó ya que habíamos descubierto lo más parecido a una fusión entre un ave nocturna y un ser humano. Su cabeza era grande, cubierta por una cabellera de color negro. Sus ojos, diminutos como dos canicas, no dejaban de moverse en mil direcciones. Las orejas, proporcionales a sus globos oculares, parecían dos alas que le brotaban de aquél desproporcionado rostro. Quizás lo más extraño eran su tamaño, relativamente pequeño y sus movimientos, idénticos a los que un búho hace cuando se aferra a un árbol.

Al dejar el grifo, tras reírnos y ponerle el apelativo del " hombre búho ", uno de nosotros se paró en la puerta del carro a gritarle aquél nuevo título que le habíamos otorgado. Las risas llenaron el ambiente y, luego de calmarnos, arrancamos rumbo a la reunión que habíamos dejado por ir a comer. Todos pensaban que lo ocurrido iba a ser lo mejor que ocurriría en la noche, pero nos equivocamos. A pocos metros de llegar al destino al cual intentábamos alcanzar, aparecieron en la calle más de veinte sujetos vestidos con ropa proveniente del mundo fantástico de " Hogwarts ". A ellos, los cuales eran pertenecientes a una de las Tunas de nuestro país, les tocaría su parte de apodos un poco subidos de tono pero, como resultado final, muy creativos. Al pasarlos, todos comenzamos a preguntarnos qué había sucedido, y lo mas curioso es que nadie entiende nada hasta este preciso momento, en el cual escribo.


Hay algo que aprendí esa noche. El Perú parece guardar un mundo fantástico paralelo que puede chocar con nuestra realidad si solo dejas que tu imaginación fluya un poco. Solo esperemos que el misterioso ser del grifo vuelva y que por el amor de Dios alguien les diga a esos sujetos que es peligroso andar solos vestidos de esa forma, siempre habrá un Mazda con tripulantes dispuestos a coronarlos de una forma inusual a toda hora y en cualquier día del año.


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